miércoles, 13 de febrero de 2013

Y al fondo... el Pinajarro

Esta no será una entrada sobre la última receta que hice. Tampoco será una entrada de panes, pizzas o roscos. Esta entrada la quiero dedicar a la pasión por la  búsqueda. Dicho así queda grandilocuente, lo se, pero la pasión de la búsqueda es lo que ha movido cada segundo de los treintamuchos años que hace que me conozco. 
Puse toda la pasión del mundo, todo el esfuerzo y, aún hoy , lo sigo haciendo en la búsqueda del sonido perfecto que saliera de mi guitarra. Rechacé mil y una formas de poner la mano, de atacar con mis dedos las cuerdas hasta que dí con una forma de hacerlo, una de las infinitas formas de producir sonido en las cuerdas de una guitarra. Después busqué con tenacidad y sin  resultado minimamente decente entre las palabras. Intenté mezclar las que conocía, cambiar esta por aquella, darles la vuelta...No hubo manera, lo mio seguía siendo la música. Las palabras a veces se resisten y se niegan a salir y uno ha de reconocer, al menos en mi caso, que lo mejor es volver a otra cosa porque otros ya encontraron esas palabras y ,sobre todo, encontraron cómo decirlas de la forma adecuada. El camino fue  apasionante. Rodeado de lecturas de los grandes escritores me di cuenta que lo mío era leer.

Estos días en los que la ciudad se ha llenado de gente disfrazada de mil cosas distintas yo he comenzado un viaje. Hay muchísimas formas de viajar. Yo tengo la suerte de tener la mejor de las compañias posibles. Fuimos la familia al completo: la pequeñisima Sofía, Cora la labradora y ,por supuesto, mi compañera de risas, Y. Los cuatro hicimos nuestro primer viaje juntos después de que Sofía naciera y de pasar un tiempo alejados de las carreteras debido al cansancio que supone un embarazo. Casi un año despues volvimos gastar gasolina como si fuera gratis y nos plantamos en el Valle del Jerte y. más tarde, en el Valle del Ambroz con la única finalidad de  pasar los días juntos, lentamente juntos. Yo sabía que,además, acabaría entrando por la puerta de Ambrosia la vida iniciando, así, mi búsqueda, mi viaje.  Ella también lo sabía. Ella creo que lo sabe todo y, además, me acompaña. Es, como diría Gael, icreibilisima. Tanto tiempo buscando palabras y un niño las encuentra en un ya!

Para viajar no se necesita nada pero nosotros, al ser el primer viaje que hacíamos con Cora y. por supuesto, con Sofía pagamos la novatada y cargamos el coche como si el tifón Margarita fuera a asolar el norte de Cáceres. No nuestro coche, no. Un coche grande que Marigüeli nos prestó para la ocasión. Un coche muy grande lleno de cosas y preparado para el fin del mundo. Maleta de la niña, maletón de los padres, maleta de la perra, cochecito, cuna de viaje, la comida de mi madre (!eso si que es cocinar!), los panes que hice la noche antes, la cama de la perra, la tablet, el ebook, las lecturas para estos cuatro días... El caso es que para no necesitar nada no lo hicimos mal. La próxima vez calculo que no llegará ni a la mitad. 

Kilometros,música,¿cómo va la niña? Bien, dormida. Se ríe. ¿Si? Y perrina cómo va? Está roncando. ¿Y tú? ¿Tu cabeza bien? Si, si muy bien. Me gustas. Y tú a mi. ¿Cuánto queda? Nos queda toda la vida. Me refiero de viaje. Ah, perdona. Nos queda todo el viaje. Huele a pan. Pues mejor sabrá.Kilometros. La niña se ha despertado. ¿Te acuerdas de cuando tenía la barriga gorda? Nunca lo olvidaré.Kilometros...

Hervás.

Me gusta Hervás, me gustan los bosques de castaños que lo rodean, me gusta que cerca, muy cerca esté la nieve rondando. Me gusta que desde las ventanas de La iguana se vea montañas nevadas.

Y me gusta su barrio judío, el olor a leña, el color verde mezclado con el dorado de las hojas de sus árboles,me gusta que a Sofía le haga reir el traqueteo del carrito por sus calles de adoquines, me gusta una casita que hemos visto muy vieja pero seguro que será acogedora. Soñamos que la compramos. Me gustó Cora en el rio. Me gustó Cora en la nieve.Me fascinó conocer a Marciano y a su mujer, dos ancianos entrañables y amabilísimos a los que les compré vino y orujo de higos y de cerezas. Me gustó que vinieran a vernos Chari, Wyly y Asier con un Quesuco de la Vera que comimos como si fuera el úlimo día que comeríamos esa maravillla, como si el tifón Margarita fuera una realidad y allí, en el Valle del Ambroz, tan solo fueramos a quedar los elegidos y cuatro castaños. Y, sobre todo, me gustó bajar a una dulcería que había muy cerca y darme de bruces con un maravilloso pan de trigo, una hogaza increible que supuso el inicio de ese viaje alternativo e interior hacía la pasión por el pan, pasión que anda presente en mi desde hace un tiempo. Y probé su pan. 
El pan que andaba buscando, el pan que intento que salga cada semana . Un pan con masa madre cuidada, mimada, alimentada por la pasión y la certeza de  amar lo que hacen día a día, por muy cuesta arriba que puedan presentarse los tiempos. Un pan que me trasportaba a otro tiempo, al tiempo del que me habla mi amigo Pepe, que horneaba hogazas una vez en semana después de ir a moler trigo por la noche a escondidas de los que se apoderaban, con la excusa del poder, de lo ajeno. Ese es el pan que hacen allí, en Plasencia, los amigos de Ambrosia la vida. Ese es el pan que persigo, que intento cada semana. Esa es mi búsqueda, mi viaje. Ya se que existe y, lo mejor de todo, tengo compañera. Se llama Yolanda y la quiero.


Me llevó a Plasencia, quería que conociera la tienda de la que tanto hablo. Me espero junto a Sofía y Cora en el coche. Compré dos panes de castañas, un pan integral y cuatro pastas de chocolate y nueces. ¿qué te han dicho? !dime,dime! Nada. La chica es muy simpática. ¿Cómo? ¿pero qué te han dicho?? Eso...nada. Me ha pasado lo mismo que con el Pinajarro. ¿Qué? Pues eso, que solo supe quedarme en silencio. 
































2 comentarios:

  1. Ojalá la búsqueda de todo el mundo fuera tan infructuosa como tu búsqueda de la palabra. Todo el mundo sería feliz.

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  2. Preciosa entrada Roge, desprendes felicidad en ella, se nota que ha sido un bonito viaje y una nueva experiencia a repetir con tu familia, a ver si preparamos una en la que vayan todos los primos y los titos compartamos muchas risas y buenos momentos. Besos

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